Principales autores de jazz
1. Louis Armstrong
(Nueva Orleans, 1900 - Nueva York, 1971) Trompetista, cantante y director de grupo de jazz estadounidense. Para definir a este artista son especialmente adecuadas las palabras de Duke Ellington, quien dijo que si había un auténtico Mr. Jazz, éste era sin duda Louis Armstrong.
Sus inicios musicales tuvieron lugar en su ciudad natal, donde tocó con diversos grupos hasta 1922, año en que Joe King Oliver lo incorporó a su Creole Jazz Band en Chicago, donde se casó con la pianista de la banda, Lilian Hardin. A raíz de sus actuaciones en la capital de Illinois, Fletcher Henderson lo invitó a Nueva York en 1924 para tocar en su big band, con la cual grabó algunos discos que pusieron de manifiesto la creatividad y originalidad del músico. Su virtuosismo en la improvisación ejerció una gran influencia en los músicos de jazz neoyorquinos.
En 1925 regresó a Chicago y fundó su propio grupo, un quinteto (The Hot Five) que posteriormente se transformó en septeto (The Hot Seven), con el cual se convirtió en uno de los músicos de jazz más reputados mundialmente y logró que en la década de 1920 Chicago compartiera la capitalidad mundial del jazz con Nueva York, ciudad a la que regresó a finales de esa misma década, entre otros motivos, para afianzar su carrera cinematográfica.
Debutó en el cine con la aparición en la película Ex-flame, el año en que también se separó de Lilian Hardin. En 1932 realizó una exitosa gira por el Reino Unido, que repetiría al año siguiente, aunque en esta ocasión incluyó además en su itinerario Dinamarca, Noruega y Holanda. En 1936, su popularidad era tal que decidió publicar una autobiografía, que tituló Swing that music. Siete años después de su separación matrimonial obtuvo el divorcio y se casó entonces con Alpha Smith. En 1939 participó en la realización de Swingin’ the dream, una versión de El sueño de una noche de verano de William Shakespeare en clave de jazz. Tras cuatro años de matrimonio, se divorció de su segunda esposa y contrajo terceras nupcias con Lucille Wilson.
El grupo de Armstrong, que había adquirido la forma de una big band tras su definitivo traslado a Nueva York en 1929, experimentó una nueva transformación en 1947: redujo su número de componentes a siete y cambió su nombre por el de Louis Armstrong and the All Stars. Con este septeto participó en el Festival de Jazz de Niza (Francia) celebrado en el año 1948, que es considerado como el primero de la historia. Seis años más tarde publicó una segunda autobiografía, Satchmo: My live in New Orleans. Durante la década de 1950 dio conciertos en buena parte del mundo y efectuó giras por África, Australia y Japón.
Al margen de su faceta musical, Armstrong fue un hombre de profundas convicciones políticas, que lo condujeron, por un lado, a condenar públicamente la segregación racial y a cancelar una gira por la Unión Soviética como protesta contra el régimen comunista gobernante. En 1964, el tema Hello, Dolly del musical homónimo le proporcionó su primer número uno en las listas nacionales de éxitos. Al año siguiente, las autoridades municipales de su Nueva Orleans natal le concedieron la llave de la ciudad. En 1970 se le rindió un homenaje en el marco del prestigioso Festival de Jazz de Newport, en el que participaron figuras de la talla de la cantante Mahalia Jackson, Dizzy Gillespie, Bobby Hackett o The Eureka Brass Band.
2. John Coltrane
(Hamlet, EE UU, 1927-Nueva York, 1967) Saxofonista estadounidense de jazz. Fue una de las grandes figuras del be-bop, junto al pianista Thelonious Monk y al trompetista Dizzy Gillespie, en cuya banda tocó en 1949. Además de Gillespie, Coltrane tocó con figuras de la talla de Charlie Parker, Miles Davis y el citado Monk. Entre una banda de jazz y otra, Coltrane pasó por ciertos períodos de inactividad derivados de sus problemas de adicción a las drogas, que finalmente superó. En 1957 inició su carrera en solitario y empezó a grabar discos con antiguos compañeros, si bien ya tenía un nombre consolidado en el mundo del jazz. Hacia la década de 1960, con la aparición del free-jazz, representado en la figura de Ornette Coleman, Coltrane dio un giro a su música, atraído por el nuevo estilo. Como discos más reseñables cabe mencionar The Champ (1951), Soultrane (1958), Milestones (1960) o Expression (1967), el último que publicó antes de fallecer de cáncer y en el que sólo participaron el saxofonista, su mujer, Alice, al piano y el percusionista Rushied Ali.

3. Miles Davis
(Alton, 1926 - Santa Mónica, 1991) Músico y compositor de jazz norteamericano. Excelente trompetista, supo estar siempre en la vanguardia del jazz, siendo pionero en diversos estilos: en la década de 1940 se sumergió en el be-bop, junto a figuras como Charlie Parker, Charles Mingus, Thelonious Monk o John Coltrane, y en la década siguiente fue uno de los máximos exponentes del cool jazz, mucho más sobrio que el be-bop. En la década de 1960, con la aparición del free-jazz, Davis mantuvo la sobria ortodoxia del cool, y en 1970 publicó su grabación más comercial, Bitches Brew, abriendo de nuevo sus perspectivas musicales. Posteriormente, colaboró con músicos de otros ámbitos, como la cantante de pop Cindy Lauper en la balada Time after time (1983) o el guitarrista John McLaughlin, en 1990, año en el cual también grabó a dúo con el guitarrista de blues John Lee Hooker la banda sonora de la película The Hot Spot.
prostituirse, hecho por el cual estuvo cuatro meses en prisión.
Su suerte cambió a partir de su participación en un casting para un puesto de bailarina en el Pod’s & Jerry’s, donde, tras un estrepitoso fracaso, el pianista del local la invitó a cantar, lo cual permitió que el crítico y productor John Hammond descubriese en ella unas extraordinarias cualidades vocales, a pesar de su nula formación musical.
Hammond logró que la joven grabase su primer disco junto al mítico clarinetista Benny Goodman cuando la cantante tenía dieciocho años. Tras esta grabación, le llegó a Holiday una época de grandes éxitos, durante la cual actuó con artistas de la talla de Teddy Wilson, Lester Young, con quien realizó algunas de sus mejores grabaciones, William Count Basie o Artie Shaw.
Su particular timbre de voz y su libertad rítmica hicieron de ella una de las cantantes más personales e influyentes del mundo del jazz. Sin embargo, Holiday no supo asimilar el éxito: consumidora habitual de drogas y alcohol, poco a poco entró en un proceso de decadencia artística, al que se sumó una desafortunada vida sentimental que la condujo a una profunda depresión.
Durante este período de decadencia siguió actuando, acompañada por músicos mediocres, grabó su peor repertorio y fue consumiendo el merecido crédito que había obtenido en su primera época. Sin embargo, a mediados de la década de 1950 consiguió rehacer su carrera, aunque su persistente adicción a los estupefacientes acabó finalmente con ella en 1959, a causa de una sobredosis de heroína. En 1956 había aparecido su autobiografía, Lady Sings the Blues.

4. Billie Holiday
(Eleanora Fagan; Filadelfia, 1915-Nueva York, 1959) Cantante de jazz estadounidense. Huérfana desde temprana edad, su vida estuvo marcada por el infortunio: violada a los diez años, con doce empezó a prostituirse, hecho por el cual estuvo cuatro meses en prisión.
Su suerte cambió a partir de su participación en un casting para un puesto de bailarina en el Pod’s & Jerry’s, donde, tras un estrepitoso fracaso, el pianista del local la invitó a cantar, lo cual permitió que el crítico y productor John Hammond descubriese en ella unas extraordinarias cualidades vocales, a pesar de su nula formación musical.
Hammond logró que la joven grabase su primer disco junto al mítico clarinetista Benny Goodman cuando la cantante tenía dieciocho años. Tras esta grabación, le llegó a Holiday una época de grandes éxitos, durante la cual actuó con artistas de la talla de Teddy Wilson, Lester Young, con quien realizó algunas de sus mejores grabaciones, William Count Basie o Artie Shaw.
Su particular timbre de voz y su libertad rítmica hicieron de ella una de las cantantes más personales e influyentes del mundo del jazz. Sin embargo, Holiday no supo asimilar el éxito: consumidora habitual de drogas y alcohol, poco a poco entró en un proceso de decadencia artística, al que se sumó una desafortunada vida sentimental que la condujo a una profunda depresión.
Durante este período de decadencia siguió actuando, acompañada por músicos mediocres, grabó su peor repertorio y fue consumiendo el merecido crédito que había obtenido en su primera época. Sin embargo, a mediados de la década de 1950 consiguió rehacer su carrera, aunque su persistente adicción a los estupefacientes acabó finalmente con ella en 1959, a causa de una sobredosis de heroína. En 1956 había aparecido su autobiografía, Lady Sings the Blues.

5. Charlie Parker
(Llamado Charlie Bird Parker; Kansas City, 1920-Nueva York, 1955) Saxofonista y compositor estadounidense. Si se acepta el tópico del genio creativo sometido a una vida tormentosa tal como lo han ejemplificado Van Gogh o Chaikovski, habría que incluir sin duda a Parker en la categoría. Su vida estuvo marcada por toda clase de problemas, tanto de dependencia de las drogas y el alcohol como de índole mental, que obligaron a internarle en el Camarillo State Hospital. En el ámbito musical, sin embargo, Parker y su saxo alto revolucionaron el mundo del jazz en los años cuarenta al introducir el estilo conocido como bebop, caracterizado por la velocidad de sus tempos y la experimentación armónica. En 1945, el sello Savoy empezó a publicar las primeras obras enmarcadas en dicho estilo, que rápidamente contagió a muchos otros jazzmen (D. Gillespie, T. Monk) y que al poco trascendió su condición estrictamente musical para convertirse en elemento canalizador de una reafirmación generalizada de la cultura negra. En 1953, Parker formó parte de un celebérrimo quinteto integrado por Gillespie, C. Mingus, B. Powell y M. Roach. Maestro, entre otros, de M. Davis, destacan en su discografía Relaxin’ at Camarillo, Bird on 52nd Street, Inglewood jam, o Birland All Stars At Carnegie Hall.

6. Count Basie
(William Basie; Red Bank, 1904-Hollywood, 1984) Director de orquesta y pianista de jazz estadounidense. Formado con Fats Waller, inició su carrera como pianista de blues. En 1927 se trasladó a Kansas City, donde formó su propia orquesta. En 1936 debutó en Nueva York gracias a los esfuerzos de J. Hammond y de B. Goodman. Famosa por su vivacidad rítmica y por su economía de medios, la orquesta de Basie, una de las más representativas de la época del swing, contó con solistas de la talla del guitarrista F. Green o del saxofonista L. Young. Entre sus grabaciones más representativas, cabe destacar Every day (1955), Kansas City suite (1961) y I told you so (1976).

7. Charles Mingus
Charles Mingus (Nogales, de Arizona, 22 de abril de 1922 – Cuernavaca, de México, 5 de enero de 1979) fue un contrabajista, compositor, director de big band y pianista estadounidense de jazz. También fue conocido como un activista en contra el racismo.
Se crio en el área de Watts, en Los Ángeles (California). Su familia tenía antecedentes suecos y afroamericanos por parte de sus abuelos paternos y nacionalidades chinas y británicas por parte de sus abuelos maternos. A pesar de esto, creció en un entorno familiar estricto y discriminatorio.
Su madre falleció apenas seis meses después del parto a causa de una miocarditis crónica, quedando Mingus a cargo de una madrasta mitad amerindia y que permitía únicamente música relacionada con la iglesia en el hogar, por lo que Charles tuvo sus primeros contactos con la música en la Iglesia Holiness Church de Watts. A pesar de esto, desarrolló un prematuro afecto por el jazz, especialmente por la música de Duke Ellington.
Estudió el trombón en un principio, pero dada la incompetencia de su profesor, desvió su atención hacia el chelo. Un amigo suyo, conocedor de las ideas antirracistas de Mingus, le advirtió que estaba ensayando con un instrumento más propio de blancos que de negros, lo que hizo que se dedicara al estudio del contrabajo.
Durante su adolescencia escribió un gran número de piezas musicales avanzadas; muchas de ellas en la línea de la Third Stream (una síntesis de música clásica y jazz). Algunas fueron grabadas en 1960 con el director Gunther Schuller y distribuidas como Pre-Bird, en referencia a Charlie "Bird" Parker. Mingus pertenece a un gran grupo de músicos cuya perspectiva de la música se vio alterada por Parker, vivieron la era antes y después de Bird.
Escuchando a Duke Ellington, descubrió que había otra música más allá de los muros de la iglesia y tomó lecciones de Red Callender (1916 - 1992), un magnifico contrabajista de la era del swing. En 1940 obtuvo su primer trabajo serio con el baterista de jazz Lee Young (1914 - 2008), hermano de Lester Young, y consiguió algunas actuaciones con el clarinetista y saxofonista tenor Barney Bigard (1906 - 1980) y Louis Armstrong en 1942. Por otro lado, completó su formación teórica y práctica con el conocido contrabajista de la Orquesta Sinfónica de Nueva York Herman Rheinshagen y debutó como compositor en la orquesta de Lionel Hampton en 1947. Conoció al vibrafonista Red Norvo y ello le dio alas para dirigirse a Nueva York en una época en que la Gran Manzana era un hervidero musical de nuevas ideas.
Allí conoció los círculos musicales del bebop y a Charlie Parker, que, cuando lo escuchó por primera vez, lo animó a perseverar en su música. En 1952 fundó con Max Roach su propio sello discográfico, Debut Records, y su primera grabación fue el concierto de 1953 en el Massey Hall de Toronto, Canadá, considerado como el canto del cisne del bebop. Asimismo, fundó un grupo de corte interracial y cooperativo, el Jazz Workshop, cuya filosofía buscaba un compromiso creativo y original entre el bebop, el cool y la conocida como tercera corriente.
A partir de ahí comenzó su periplo musical como líder y grabó en 1956 para el sello Atlantic Records su primera obra importante: Pithecanthropus Erectus, muy innovadora y enraizada al mismo tiempo en los compositores clásicos del siglo XX y en el blues y la música religiosa afroamericana.
Entre finales de los 1950 y principios de los 1960, grabó el cuerpo de su obra discográfica más importante, en el que se encuentran varias obras maestras repartidas entre distintas casas discográficas: The Clown (Atlantic, 1957); New Tijuana Moods (RCA, 1957); Mingus Ah Um (Columbia, 1959); Blues & Roots (Rhino, 1959); Mingus at Antibes (Atlantic, 1960); Charles Mingus Presents Charlie Mingus (Candid, 1960) o el considerado por muchos críticos su obra maestra, The Black Saint and the Sinner Lady (Impulse!, 1963), y entre esos discos, pequeñas composiciones que se han convertido con el transcurrir del tiempo en grandes estándares del jazz como "Goodbye Pork Pie Hat", un homenaje a Lester Young, o "Better Get Hit In Yo' Soul".
En 1964 inició una gira por Europa con un sexteto que incluía a Eric Dolphy. En los setenta graba en trío con Duke Ellington.
Escribió, en 1972, siete años antes de morir, su autobiografía, Beneath The Underdog (en castellano, Menos que un perro), obra que ayuda a comprender al músico y describe y critica el ambiente racista en el cual vivió.
Una enfermedad degenerativa muscular acabó con su vida en 1979; sus cenizas se esparcieron en el río Ganges. Durante ese mismo año, Joni Mitchell editó Mingus, un álbum homenaje en el que intervinieron músicos famosos como Wayne Shorter, Jaco Pastorius y Herbie Hancock.

8. Thelonious Monk
(Thelonious Sphere Monk; Rock Mounty, 1920 - Weehawken, 1982) Pianista y compositor de jazz estadounidense. Personaje genial y enigmático, Thelonious Monk está considerado como uno de los músicos más influyentes de la historia del jazz después de la II Guerra Mundial. El director cinematográfico Charlotte Zwerin ha realizado una película sobre la biografía de este músico titulada Straight no Chaser (1989), la cual constituye un documento sonoro de la vida y obra de este genio singular, considerado junto a Charlie Parker y Dizzy Gillespie como el tercer pionero del be•bop. Su interés por descubrir nuevas armonías, ritmos y estructuras lo convirtió en un creador fundamental del jazz moderno.
En 1924 se trasladó a Nueva York junto a su familia. A los once años ya recibía clases de piano, instrumento con el que acabaría acompañando a su madre, testigo de Jehová, en una iglesia bautista, en la que a veces tocaba también el órgano. Tras unos inicios balbuceantes, su primer éxito le llegó al llevarse el primer de premio de un concurso para aficionados celebrado en el Apolo, uno de los templos de baile más importantes de Nueva York. Esto le llevó de gira con una cantante de gospel por todo el país, pero el azar quiso que en un intervalo de la gira Thelonious conociera a Mary Lou Williams, que se fijó en el ya peculiar estilo de este pianista.
Entre los años 1937 y 1939 estudió en la prestigiosa escuela Juilliard School. Su primer encuentro con el jazz lo firmó con el trío del batería Keg Purnell. De aquí pasó a unirse en sociedad musical con Kenny Clarke, que pronto sería una de las instituciones del jazz norteamericano. Junto a este genial batería, Monk actuó tanto en el Milton’s (un club en el que se celebraban divertidas jam sessions) como en el Kelly’s Stables entre 1940 y 1942, años que vieron cómo dos de los grandes genios del jazz e inductores del bebop -Charlie Parker y Dizzy Gillespie- acaparaban toda la atención crítica. De todas formas, la carrera de este singular pianista se disparó cuando conoció personalmente a Bud Powell, con quien llegó a establecer una gran amistad. Era la época en la que participaba en el proyecto del batería Lucky Millinder, estrella del jazz de principios de los años 40.
Hacia 1944, Monk se asoció con Coleman Hawkins, con el que grabó como sideman sus primeros vinilos; Hawkins fue de hecho uno de los primeros en descubrir el enorme talento que albergaba este pianista. Quedan hoy vestigios de algunas grabaciones de Monk tomadas por Jerry Newman en el Milton’s, hacia el mes de mayo, en las que interpretaba temas como “Stompin’ At The Savoy”, que popularizara el gran Gene Krupa.
A lo largo de estos años, Monk actuó igualmente con algunos músicos de cierto renombre como Cootie Williams (1944) o el saxofonista Skippy Williams (1946), aunque fue su participación en la big band de Dizzy Gillespie -a quien conoció en la orquesta de Lucky Millinder hacia 1942- lo que le dio cierta proyección y fama. Debe señalarse que el peculiar estilo de Monk no tenía mucho que ver con el bebop que nacía en aquellos años de la mano de Gillespie y Parker. La “revolución Monk” llegó más bien en los años cincuenta, pero no estuvo implicado en la revolución de los primeros boppers.
1947 fue su gran año, en el que por fin consiguió grabar con su nombre. Para ello utilizó la fórmula del trío, con la que desarrolló la mayor parte de su carrera artística. La casa de discos era Blue Note, uno de los sellos más representativos del mundo del jazz. En esta casa de discos grabó entre 1947 y 1952 toda su producción propia, además de colaborar con insignes figuras como Art Blakey, Milt Jackson, Lucky Thomson o Kenny Dorham.
El primer gran período compositivo de este genio se consolidó entre 1947 y 1951. Grabó piezas ya memorables, pronto convertidas en standars, como “Off Minor”, “I Mean You”, “Evidence” o “Straight No Chaser”, incluidas todas en el álbum Thelonious Monk, The Complete Genius; o bien otras similares como “Well You Needn’t”, “Monk’s Mood” o el famosísimo “Round Midnight”, piezas grabadas todas ellas durante 1947 e incluidas en su vinilo Thelonious Monk. Genius of Modern Music. Volume 1, bien en trío (con Gene Ramey, piano; y Art Blakey, batería), bien en quinteto.
No obstante, es bien sabido que el peculiar estilo de Monk no era aceptado de buena gana por todos los críticos y músicos. Su genialidad pagaba el tributo del ostracismo de quienes no querían ver la revolución que llevaba a cabo. Un estilo enigmático y siniestro -a la altura de su proyección como persona-, lleno de oscuridad, pero siempre dando cuenta de un talento por encima de su época. Tampoco los managers tomaban muy en serio al músico, que quedó postergado y alejado de los grandes circuitos del jazz, en los cuales sólo participó muy de vez en cuando. Una de estas participaciones tuvo lugar en el Salón du jazz, gracias a la colaboración de la baronesa Nica de Koenigswarter, en París, donde dejó perplejo a gran parte de la crítica que ni le negó ni le aplaudió sus genialidades musicales.
De cualquier forma, es posible advertir que Monk vivía ajeno a todos estos factores, hermético, encerrado en su peculiar mundo y grabando una cantidad ingente de discos. Su fama, entonces, alejada del punto acrítico de los periodistas del jazz, pronto fue creciendo a costa las estrellas del jazz del momento, que no perdían ocasión para ver en directo al pianista o colaborar con sus grupos.
Uno de éstos fue ni más ni menos que Miles Davis, quien lo invitó a participar en varios de sus discos, sabedor del genio que destilaba Monk en las grabaciones. Así, el 24 de diciembre de 1954, Monk grabó con Miles temas como “Bag’s Groove” o “The Man I Love” (editados en Prestige en dos discos: Bag’s Groove y Miles Davis and The Modern Jazz Giants), pero poco más. No hubo mucha química entre ambos personajes e, incluso, se llegó a comentar que existió un leve conato de pelea entre los dos músicos al negarse el trompeta a que Monk participara en uno de sus solos.
Al margen de su colaboración con Miles, Thelonious tocó con Sonny Rollins, a quien hizo participar en algunos vinilos, y, sobre todo, con John Coltrane, cuya amistad dio lugar a una de las uniones más representativas de la historia del jazz. Coltrane, nunca ajeno a las grandes vanguardias del jazz, supo asumir el genio de Monk y participó en algunos de sus álbumes más carismáticos y en algunos conciertos memorables. Uno de ellos fue el grabado en The Five Spot Café, en Nueva York, en el verano de 1957, junto al trío de Monk (Ahmed Abdul-Mailk , bajo; y Roy Haynes, batería). El saxofonista quedó rápidamente impregnado del genio de Monk y se enroló en una gira de seis meses con su trío (Wilbur Ware, contrabajo; y Shadow Wilson, batería). La importancia que tuvo este grupo permite compararlo con otras célebres uniones, como la que existió entre Gillespie y Parker.
Después llegaron otros conciertos memorables, como el ofrecido en el Village Vanguard, en 1958; o el celebrado en Town Hall. En el primero le acompañó Johnny Griffin, saxofonista que sustituyó a Coltrane. En el segundo, una orquesta integrada por Charles Rouse, otro saxofonista ya habitual en las formaciones de Monk y que complementaba perfectamente al genio. En esta última orquesta, además, se encontraban otros grandes de la época: los saxos Phil Woods, Pepper Adams, el trompeta Donal Byrd, el contrabajista Sam Jones o el batería Art Davis.
En los años sesenta, Monk era toda una celebridad. Su estilo, en una época en que el free ganaba adeptos, se templó y ganó en solvencia interpretativa. En 1963 fue incluido dentro de una orquesta que actuaría en el Philarmonic Hall, en tanto que recorría Europa con su “cuarteto”, en el que participaban, además del mencionado Rouse, el contrabajista Larry Gales y el batería Johnny Ore. También fue notoria su participación en el trío de Bud Powell cuando éste estaba a punto de fallecer. Precisamente, en 1951 fue arrestado junto a este genial pianista por consumir estupefacientes; entonces fue apaleado y se le retiró el carnet para poder tocar en clubes de Nueva York hasta 1957.
La fama de Monk se hizo incuestionable -la revista Time, por ejemplo, le dedicó una portada por aquel entonces-, aunque su estilo nunca logró convencer a todos por igual. Sus conciertos, no obstante, le llevaron a visitar todo el mundo: Europa, Japón, África incluso, siempre acompañado de su inseparable Charles Rouse, que tocó junto al genio hasta 1970. En la década de los años setenta sustituyó a Rouse por otros saxofonistas: primero, por Pat Patrick, y después, por Paul Jeffrey. En 1972 se celebró una reunión en la que participaron varios grandes nombres del mundo del jazz; el evento se denominó The Giants of Jazz, y en la formación se encontraban Dizzy Gillespie (trompeta), Sonny Stitt (saxo), Kai Wilding (trombón) y Art Blakey (batería). La banda así formada inició una gira por todos los continentes y llegó a tocar en el Festival de Newport, en ese mismo año de 1972.
La salud del genio era ya, por aquel entonces, precaria; por ello, sus actuaciones fueron drásticamente reducidas y se limitaron a alguna intervención esporádica. Una de ellas fue la ofrecida en Nueva York, hacia 1975, en la que presentó a su hijo Thelonious Monk Jr. a la batería. Hacía tiempo que Monk ya no era un personaje público y que se refugiaba en un incomprensible mutismo, de cual salió para morir en Nueva Yersey en 1982, año en que la noticia de su muerte dejó consternado al mundo del jazz.
Thelonious Monk puede ser considerado como uno de los revolucionarios y genios de la música jazz de después de la II Guerra Mundial. Hombre enigmático, difícil de tratar y de entender -a menudo pronunciaba sólo palabras ininteligibles-, creó un estilo que impresionó a la mayoría de los músicos de su época. Sin embargo, lo que destilaba su estilo eran ideas habitualmente difíciles de digerir y más difíciles de copiar.
Intérprete genial, aunque también oscuro, llenaba sus improvisaciones de inteligentes chispazos muy por encima del estilo dominante en su tiempo. Escuchar dos acordes consecutivos de Monk daba indicio de que algo se estaba produciendo en el escenario, ya que normalmente ejecutaba notas y acordes según patrones muy poco académicos. Sus blues están distorsionados de manera consciente, a pesar de que se trata de un modelo de canción muy clásico. La disonancia, pues, se convierte en seña de identidad en las improvisaciones de este músico.
Su obra como compositor es tan relevante como la que llevó a cabo como intérprete. Suyas son piezas que desde que las compusiera se han conformado como inexcusables obras maestras. “Round Midnight” -una de las altas expresiones de la música jazz-, “Off Minor”, “Trinkle Tinkle”, “I Mean You”, “Epistrophy”, “Well You Needn´t“, “Straight No Chaser”, “Blue Monk” o “Evidence” son composiciones de gran originalidad, muy al margen de otras obras maestras del género y que revelan a uno de los más grandes compositores del siglo XX. Thelonious fue un visionario, un personaje único y un músico irrepetible. Su vida puede resumirse en una frase pronunciada por él al final de su vida: I’m famous. Ain’t that a bitch, que viene a decir algo así como 'soy famoso, pero no más que una perra'.
9. Duke Ellington
(Edward Kennedy Ellington; Washington D.C., 1899-Nueva York, 1974) Pianista, compositor, arreglista y líder de grupo de jazz estadounidense. Se inició en la práctica musical tomando clases de piano a los siete años. Ya en sus comienzos recibió la influencia del ragtime, género de música popular en boga en aquella época y uno de los estilos de los que derivaría el jazz. Con sólo diecisiete años debutó profesionalmente en su ciudad natal. Desde 1919 tocó con varios grupos de la capital estadounidense hasta que en 1922 fue llamado para actuar en Nueva York, el punto de referencia para todo músico de jazz.
Aunque no logró triunfar, adquirió la experiencia necesaria para formar su propio quinteto, The Washingtonians, con los que adquirió renombre suficiente como para realizar unas pruebas en el celebérrimo local neoyorquino Cotton Club, en Harlem. A partir de ese momento, su fama y su prestigio se fueron consolidando; las emisiones radiofónicas de sus conciertos se hicieron habituales y las apariciones de Duke Ellington and The Washingtonians en diversas películas, junto a las diversas giras que realizó por Estados Unidos y Europa, contribuyeron a fomentar su creciente popularidad.
El quinteto original fue incorporando nuevos miembros, hasta completar un total de doce en sus primeras apariciones en el Cotton Club. A principios de los años treinta, composiciones como Mood Indigo (1930) o Sophisticated lady (1933) se convirtieron en grandes éxitos y marcaron el inicio de la época dorada para el músico y su big band. Hacia el fin de la Segunda Guerra Mundial, abordó la composición de obras de mayor aliento temático y formal, por lo común en forma de suites sinfónicas, como Black, brown and beige (1944), Frankie and Johnnie (1945) o Deep South Suite (1946).
Pero en esa misma época el formato de gran orquesta dejó de gustar a un público que, inmerso en la revolución bop, se decantaba por formaciones más reducidas y con mayor peso de un instrumento solista. A pesar de ello, Duke Ellington decidió permanecer fiel a los que siempre fueron su estilo y su manera de entender la música, e incluso aumentó aún más el nivel de exigencia de los componentes de su formación, entre los que se contaron a lo largo de los años figuras como el trompetista Cootie Williams o el saxofonista Johnny Hodges.
Su aparición en el Festival de Jazz de Newport en 1956 significó el relanzamiento de The Washingtonians, con los que inició una serie de giras por el extranjero que incrementaron su ya considerable fama internacional. En 1959, se adentró en el campo de la música cinematográfica y compuso la banda sonora de los filmes Anatomy of a murder (Anatomía de un asesinato), primero, y Paris Blues (Un día volveré), un año después.
Durante la década de 1960 grabó con una larga serie de jóvenes músicos de gran talento como Charlie Mingus, John Coltrane o Max Roach. Simultáneamente empezó a interesarse por la música litúrgica y compuso piezas como In the beggining of God, que fue estrenada en la catedral de San Francisco en 1965. Permaneció al frente de su orquesta hasta su fallecimiento, momento en el cual tomó el relevo su hijo Mercer Ellington.
En su haber quedan numerosos reconocimientos, de entre los que sobresalen los títulos de Doctor honoris causa por las Universidades de Howard en 1963 y Yale en 1967, además de la Medalla Presidencial del Honor que se le concedió en 1969. Fue nombrado también miembro del Instituto Nacional de las Artes y las Letras de Estados Unidos en 1970, y en 1971 se convirtió en el primer músico de jazz miembro de la Real Academia de la Música de Estocolmo. Según su biógrafo, Derek Jewell, Duke Ellington llegó a escribir unas dos mil piezas musicales en toda su vida, si bien son incontables las que consiguió en trozos de papel luego perdidos, que elevarían la estimación a unas cinco mil piezas.

10. Dizzy Gillespie
(John Birks, Cheraw, 1917-Nueva York, 1993) Trompetista de jazz estadounidense. Tras haber tocado en varias orquestas (C. Calloway, E. Hines, B. Eckstine), sentó con Charlie Parker las bases de la revolución bop. Al frente de grandes orquestas o de pequeños grupos, se caracterizó por su virtuosismo instrumental y por su estilo exuberante. Introdujo en el jazz los ritmos afrocubanos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario